Juan José Silva, el oficial que mató a Marcos Acuña en Quilmes, fue condenado por el Juzgado en lo Correccional N° 3 de Quilmes a un año de prisión en ejecución condicional y cinco de inhabilitación especial para tener o portar armas de fuego por el delito de homicidio cometido con exceso de legítima defensa.

ANDAR en Quilmes

(Agencia Andar) Una notificación por mail fue lo que recibió Inés Alderete como noticia del resultado del proceso en que se juzgó al prefecto que mató a su hijo. «Yo sabía que la sentencia era esto, que salía caminando a la par mía, ya me preparaba para eso. Si lográbamos algo más hubiese sido lindo. Pero lo que busqué por lo menos fue sentarlo, verle la cara y sacar la mínima condena para sacarlo de la fuerza», dice la mujer que peleó más de seis años por llegar a esta instancia.

Los abogados de la querella habían pedido la pena máxima por tratarse de la justicia correccional: 5 años por homicidio en exceso de legítima defensa más 10 años de inhabilitación para ejercer cargos públicos. «Ahora el camino es la apelación que van a hacer los abogados, e impedir que vuelva, porque él también va a apelar para volver a la fuerza, y quiere que le paguen los seis años que estuvo suspendido. Yo no quería apelar porque mi punto era otro, pero el camino es éste. Y me quedaré con esta pelea: cada vez que intente regresar voy a estar yo para que no mate a otro pibe», asegura Inés.

El juicio, que se desarrolló en las últimas semanas,  estaba previsto para el año pasado pero fue postergado por la pandemia.