Se retomaron las audiencias en el juicio por delitos vinculados al crimen de Johana Ramallo

Luego del cuarto intermedio que implicó el receso invernal por la feria judicial se reanudó la toma de declaración a testigos frente a los jueces Andrés Basso, Germán Castelli y Nelson Jarazo del Tribunal Oral Criminal Federal N° 2 de La Plata. El debate continuará el próximo viernes 29 de agosto.
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(Agencia) Este viernes se retomó el debate oral en el proceso por comercio de estupefacientes, explotación sexual, promoción y facilitación de la prostitución, encubrimiento agravado y falso testimonio contra ocho personas vinculadas a la zona roa de La Plata. Se trata de delitos que se desprendieron de la causa que investiga la muerte de Johana Ramallo.
Declararon dos personas: un vecino allegado a Johana y un taxista que la llevó a la zona de El Palihue la última noche que fue vista con vida. En ambos casos el testimonio pareció orientarse a constatar la situación de consumo de estupefacientes en que se encontraba Johana.
La joven fue vista por última vez en julio de 2017 y partes de su cuerpo aparecieron un año después en las playas de Berisso, pero al momento no hay ningún imputado por su asesinato. Quienes se encuentran ahora frente a la justicia son Carlos “Cabezón” Rodríguez, señalado en audiencias anteriores como “capo” de la zona roja, Hernán D’Uva Razzari, imputado por explotación sexual de su pareja, encubrimiento agravado y falso testimonio, y Hernán Rubén García, Carlos Alberto Espinosa Linares y Mirko Alejandro Galarza Senio por comercio de estupefacientes y explotación económica de la prostitución ajena. Celia Benítez, conocida como “La Negra” o “La Misionera”, Paola Erika Barraza, alias “Tormenta” y Celia Giménez fueron procesadas por explotación económica de la prostitución ajena.
En audiencias previas al receso habían declarado como testigos integrantes de la organización que llevaba adelante una olla popular de Plaza San Martín y habían sido cercanos a Marta Ramallo y su familia a partir del trabajo que realizaban con personas en situación de calle. Ellos colaboraron en la búsqueda de Johana los primeros días tras su desaparición. También declaró un hombre con quien la joven había sostenido una relación informal en meses previos a su desaparición.