ENTREVISTA A TEÓFILO BLANCO “Mire, Blanco, esto fue tortura seguida de muerte”
El próximo 16 de marzo comenzará el juicio por la muerte de Gabriel Blanco, un joven de 21 años que en 2007 fue “suicidado” en la Comisaría 2° de San Carlos, Isidro Casanova. La CPM realizará la veeduría del juicio que tiene como imputados a cinco policías. ANDAR entrevistó a Teófilo Blanco, padre de Gabriel y querellante contra la policía como particular damnificado.
ANDAR en La Matanza
(Agencia) Gabriel Blanco fue detenido el 1 de marzo de 2007 en el barrio La Borgward de Isidro Casanova, La Matanza. Era un joven, padre de un niño de dos años, trabajaba de vendedor ambulante por los barrios del conurbano y asistía a un bachillerato popular. Se negó a trabajar para la policía de la zona y se había convertido en blanco de un hostigamiento sistemático; hoy su familia asegura que ésa es la razón por la que encontró la muerte dentro del calabozo de la seccional 2° del barrio San Carlos en Isidro Casanova.
Teófilo Blanco, padre de Gabriel y otros tres hijos, es misionero. En 1989 decidió junto a su familia venir a probar mejor suerte en Buenos Aires. Teófilo relata una cruel historia cargada de paciencia, tenacidad y lucha. No es una historia aislada, mucho menos única. Es la lucha que tuvieron que aprender todos los familiares de víctimas de violencia institucional, un camino plagado de desgaste y hostilidad que siembra el sistema judicial cuando los pobres denuncian a las fuerzas de seguridad.
Aquel día a Gabriel la policía lo detuvo a las cinco y media de la tarde. Había salido de su casa a comprarle un regalo a una de sus hermanas que acababa de ser madre, y su mujer y su hijito lo esperaban en la esquina de Avenida Marconi y Juan B. Justo, en La Matanza. Gabriel alcanzó a su sobrina a su casa, sobre la calle Vidal a tres cuadras de esa avenida, donde muchos vecinos fueron testigos de su detención a metros del portón de la casa de su hermana.
Teófilo recuerda cada paso en primera persona
¿Usted piensa que lo detuvieron por alguna confusión?
No, qué lo van a confundir. Ellos (la policía) hacía tiempo que lo perseguían. Gabriel trabajaba en un peladero de pollos en San Justo y lo paraban en la calle antes de irse a trabajar. Lo revisaban, lo apretaban. Le abrían la mochila donde llevaba la ropa de trabajo y algo para comer y le tiraban las cosas al piso. Gabriel volvía para la casa dolido, furioso. Él a mí me dijo que le habían dicho que tenía que trabajar para ellos. Él me avisó. Yo recuerdo que le dije: “mira hijo, no te metas en eso jamás. Cuando no les sirvas más, te van a meter un tiro y te tiran por el barranco”.
¿Era la policía de su barrio la que lo hostigaba?
Sí, es la misma que después se lo llevó detenido. Son policías de la Comisaría 2° de San Carlos, del barrio La Borgward de Isidro Casanova. Trataron de que trabaje para ellos pero él se negó, y creo que por eso lo detuvieron varias veces. La última vez que lo retiré lo amenazaron: “mirá negro, la próxima vez que te agarramos, vas a ser boleta.” Él ya sabía… pienso que capaz esa tarde cuando lo volvieron a llevar él se puso muy mal. Mi nuera estaba esperando en la comisaria con mi nieto y vio cuando lo bajaron de la camioneta con la cara tapada con su remera. Gabriel logró decirle que lo habían llevado a la rotonda de San Justo, donde está la policía científica. Mi nuera le habló, él reconoció la voz de su hijo que estaba por ahí. Lo metieron en el calabozo y, aunque pidió por favor que quería hablar con su familia, no lo dejaron. Estaba desesperado. Para mí que mi hijo presentía que lo iban a matar esa noche, por las amenazas, sabía que lo iban a hacer desaparecer.
[pullquote]a trabajar para la policía no te metas jamás. Cuando no les sirvas más, te van a meter un tiro y te tiran por el barranco[/pullquote]
Mi nuera, con sus 20 años, se dirigió a una mujer policía que estaba de guardia y le pidió de hablar con Gabriel para tranquilizarlo. La respuesta que le dieron fue: “Váyase a su casa que nosotros sabemos cómo calmarlo.” Ella no supo bien qué hacer y se fue. Para las diez de la noche ya lo habían matado a golpes en el calabozo.
¿Cuando comenzaron las amenazas a Gabriel?
El último año de la vida de Gabriel fue vivir con miedo y amenazado, perseguido. Había a tres cuadras un policía vecino de casa, un día domingo, por un campeonato en el barrio, este policía se sacó y como estaba tomado, corrió a mi hijo con un cuchillo de carnicero hasta el portón de mi casa. Tuve que intervenir, me paré ahí y lo frené. Era un policía, borracho, persiguiendo con un cuchillo a mi hijo a la vista de todos los vecinos. El decía que mi hijo lo molestaba. ¿Cómo lo iba a molestar un pibe a él que era adulto y policía? Lo mandé a su casa, le dije que lo iba a denunciar y se fue. Un momento muy incómodo. Eso fue lo último. Antes lo detuvieron en la calle, le sacaron mercadería que vendía haciendo changas, la comida cuando iba al trabajo… lo verdugueaban.
¿Ud. cómo se enteró de la muerte de Gabriel?
A la madrugada llegó la policía a mi casa. Yo no estaba porque trabajaba de remis de noche. A nosotros lo que nos dijeron fue que mi hijo se había colgado en la celda con un cable de la instalación de luz. Después vi el cable pero era nuevito, parecía de un electrodoméstico y no de una instalación de más de 40 años. Un cable de instalación de luz tiene 4 ó 6 milímetros, es fino y no es un cable que pueda aguantar 80 kilos y un metro ochenta y tres de altura, como tenía mi hijo. Cuando hace 6 años se hizo en La Plata la pericia judicial de prueba del cable, se hizo como 10 veces, el cable de instalación de luz lo máximo que aguantaba eran 45 kilos, luego se rompía. Si realmente él se hubiera ahorcado con el tirón nomás el cable se hubiera roto, no aguantaba tanto peso.
[pullquote]mira hijo, nunca vayas a correr de la policía… y él nunca corrió de ellos, por eso siempre lo detenían… nunca corrió[/pullquote]
Cuando yo llegué a mi casa, como a las cinco de la mañana, mi mujer me contó y me fui a la comisaría. Estaba el comisario (Claudio Horacio Hundayn, imputado por encubrimiento en la causa de muerte) y este se ofrece muy amablemente a ayudarme en todo lo que necesitáramos. La versión que me daban yo no me la creía. Uno sabe que en la comisaría no le dejan al detenido ni los cordones de las zapatillas! Yo recuerdo las veces que he hablado con él y le decía: mira hijo, nunca vayas a correr de la policía… y él nunca corrió de ellos, por eso siempre lo detenían… nunca corrió de ellos…
¿Que otras pruebas encontraron que contradicen la versión policial?
Esa mañana me fui a la Fiscalía de San Justo. El comisario se ofreció a llevarme y le dije que no. Antes de irme de la seccional le dije: Sr. Comisario, lo que Ud. tiene dentro del grupo de gente suyo es una banda de asesinos. Yo estoy seguro de que mi hijo no se mato. Llegué a San Justo y me atendió la Dra. Ochoa, hoy Fiscal general. Me atendió, me hizo muchas preguntas y luego me dijo: ¿Qué es lo que Ud. quiere?
_ Quiero que me entreguen el cuerpo de mi hijo, le dije.
_ Espere acá que se lo vamos a entregar.
Pasaron 9 horas y ella apareció otra vez en la oficina de la fiscalía. Me pidió que me vaya a mi casa porque habían mandado el cuerpo para allá. Me fui caminando desde San Justo, necesitaba despejarme la cabeza.
Cuando llegue a mi casa, estaba el cuerpo ahí. Le habían pegado toda la mortaja a la cabeza, por debajo de la barbilla, el cuello, todo bien pegadito con pegamento. También habían envuelto y pegado bien sobre los brazos y muñecas, se nota que fue para que no se note nada. Ya era media noche cuando al cuerpo se le abrió un poco la boca y ahí nos dimos cuenta de que le faltaban un montón de dientes. Gabriel tenía toda la dentadura completa. En ese momento, lo empezamos a mirar. Vimos que estaba todo golpeado por toda la espalda, en el cuerpo, las muñecas marcadas.
¿Cuál fue la reacción de ustedes en ese momento?
En el velorio estaban los muchachos de la APDH. Mi hijo participaba de un grupo en el bachillerato popular por su problema con las adicciones, trabajaban juntos con los chicos del barrio y ayudaba a Alexis y Marcelo, militantes de la Asamblea. Ellos enseguida llamaron por teléfono a Pablo Pimentel. Después, con el paso de los días, don Pablo logró que se reabra la causa y se hagan todos los trámites necesarios para realizar la segunda autopsia. Cuando levantamos el cuerpo del cementerio estuvo presente la policía científica de San Justo y esta autopsia la realizó el Dr. Linares en Lomas de Zamora. El primer diagnóstico de muerte decía que mi hijo había muerto por asfixia respiratoria. Este forense, cuando terminó su examen, salió y me dijo: “Mire Blanco, esto fue tortura seguida de muerte”. A partir de ahí comenzó la lucha.
Este recorrido ya lleva 9 años. La búsqueda de verdad y para conseguir justicia por la muerte de Gabriel ¿que implicó para usted y su familia?
Esto fue muy duro para todos nosotros, pero no estuvimos solos. Estuvo siempre la APDH, las Madres de Plaza de Mayo, las organizaciones sociales, un ingeniero en cables, mucha gente nos dio una mano. Los dos primeros años la fiscal de la causa fue Ochoa, luego pasó la causa a la Dra. Cejas que no hizo nada para detener a los imputados. Luego la pasaron al fiscal Dr. Arriba. El consiguió la prueba que faltaba, luego de buscarla por todo Lomas de Zamora pero estaba en La Plata y recién luego de seis años se pudo realizar la reconstrucción de los hechos. Ahí al Tribunal no le quedó otra que detener a los policías y elevar la causa a juicio. Ahora, que el juicio ya tiene fecha (comienza el 16 de marzo) el Tribunal le dio la libertad a los imputados y niegan la validez de la reconstrucción, no la van a tomar.
[pullquote]Cuando fue padre a los 19, él quiso cambiar, retomar los estudios, soñar. No lo dejaron y nosotros queremos que se haga justicia[/pullquote]
En aquella reconstrucción mi mujer y yo estuvimos presentes, los ahora imputados fueron como testigos. Uno decía una cosa, otro decía otra y así. Para mi estuvo claro en ese momento que Gabriel no estuvo colgado. Para nosotros a Gabriel lo mataron en el piso, esposado. Además, recuerdo sus muñecas marcadas, su espalda llena de golpes, de mugre, de tierra.
¿Qué expectativas tiene ante el inicio del juicio oral?
La verdad… para mí estas resoluciones previas que tomó el Tribunal no están nada bien. Igual, vamos a tratar salir adelante, vamos con fe… Nosotros siempre nos opusimos a que el juicio se haga en el Tribunal Nro. 5 porque conocemos de su apoyo a la policía, a estos jueces no les interesa lo que le pasó a mi hijo. Gabriel era un pibe humilde, trabajaba. Si, tuvo problemas con las drogas pero desde que nació su hijo quería dedicarse a él, salir de su adicción por eso busco ayuda con los muchachos del bachillerato. No era un mal pibe, el barrio lo conocía y lo quería. Yo siempre trabajé en Molinos Lagomarsino. Me iba a las tres de la mañana, entraba a la fábrica a las seis y volvía a la casa a las diez de la noche. Hacía dos turnos seguidos para salir adelante. Nosotros venimos en el año 89 desde Misiones y vinimos muy pobres. Hoy sigo trabajando igual, en mi remis, de cinco a nuevo de la noche, para traer el pan a mi casa porque no es fácil la mano. Cuando me di cuenta de que Gabriel estaba en la droga no supe qué hacer, él tenía 16 años. No era rebelde pero se me iba de la casa por dos o tres días. Cuando fue padre a los 19, él quiso cambiar, retomar los estudios, soñar. No lo dejaron y nosotros queremos que se haga justicia.
(Imagen: Infocielo)