RECORRIDAS GUIADAS EN EL ESPACIO FARO DE LA MEMORIA DE MAR DEL PLATA “La respuesta desde los sitios es mostrar que están llenos de gente interesada en recorrerlos”

En el último año, a partir de la firma de un convenio con la Comisión Provincial por la Memoria, la asociación civil Faro de la Memoria de Mar del Plata logró constituir un equipo de docentes y activistas de derechos humanos para recibir a escuelas y organizaciones locales en las recorridas pedagógicas por el espacio de memoria ex Escuela de Suboficiales de Infantería de la Marina, que durante la dictadura militar funcionó como centro clandestino de detención. Actualmente el sitio realiza visitas guiadas todos los días de la semana, una durante la mañana y otra durante la tarde; en algunos casos, por demanda de la comunidad educativa, se llegaron a realizar recorridas en simultáneo.
ANDAR en Mar del Plata
(Christian Madia para ANDAR) Entre 1969 y 1993 la Escuela de Suboficiales de Infantería de la Marina (ESIM) funcionó en un predio a pocos metros del faro de Mar del Plata; durante los años de la dictadura cívico militar (1976-1983), mientras operaba allí un centro clandestino de detención, tortura y exterminio, adolescentes de entre 15 y 18 años estudiaban a escasos pasos del horror. En el año 2013 se convocó a vecinos y organizaciones sociales para pensar la recuperación del espacio de una forma lo más transversal posible, conformándose así el Colectivo Faro de la Memoria. El objetivo se cumplió y se recuperó el espacio ese mismo año. En 2014 se iniciaron actividades de transmisión de la memoria histórica.
Durante el gobierno de Mauricio Macri, el Colectivo decidió tener una herramienta legal para poder financiarse y asimismo participar de las querellas en los juicios de lesa humanidad, conformándose la asociación civil Colectivo Faro de la Memoria en agosto de 2017; a través de su vinculación con la Comisión Provincial por la Memoria (CPM) se firma en el último año un importante convenio para realizar actividades pedagógicas en el espacio y todo lo necesario para garantizar, por ejemplo, las visitas guiadas al Espacio, siempre tan necesarias y más aun en estos tiempos.
“Fue algo estratégico para la supervivencia del Espacio. Creo que sin ese convenio no hubiéramos podido sobrevivir, porque la única cosa que está autorizada en los espacios de memoria son las visitas guiadas, todo lo demás está prohibido o sometido a que los trabajadores envíen un informe a la Subsecretaría de DDHH de Nación con 20 días hábiles de anticipación, con lo cual se dificulta poder gestionar cualquier actividad. A causa de los despidos que hubo era muy difícil sostener las visitas, entonces a partir de este convenio con la CPM hemos logrado armar un equipo de pedagogía de la memoria muy interesante”, valora Sandra García, presidenta de la asociación civil Colectivo Faro de la Memoria. Ana Pecoraro, referente del Espacio de Memoria El Faro, agrega: “creo que las respuestas que debemos dar desde los Sitios es mostrar que están llenos de personas interesadas en recorrerlos, en saber y profundizar sobre la temática de memoria, por eso debemos sumar más días de visitas. De este modo, gracias a la CPM, pudimos incorporar docentes conformando un equipo de pedagogía de la memoria”.
En junio de este año el nuevo equipo docente comenzó a capacitarse en el Espacio, y a finales de julio empezaron a hacer algunas visitas junto a los trabajadores para conocer en detalle las especificidades de lo que sucedió en el Faro como CCD. “Nosotros no conseguíamos difundir el Espacio para que las escuelas vengan y con la conformación de este equipo logramos hacer una difusión que salió de Jefatura Distrital hacia todas las escuelas. Pasamos de tres visitas semanales, a realizar visitas de lunes a viernes en dos turnos (mañana y tarde), inclusive dos visitas en simultáneo. Fue un salto cuantitativo enorme que nos dio mucha alegría”, asegura Pecoraro.
Una de las condiciones del Espacio de Memoria es que, antes de cada visita, los estudiantes puedan trabajar el tema en las aulas; para ello previamente se envía material a las escuelas. “Todo el tiempo estamos pensando cómo hacer estas visitas con los pibes, cómo los interpelamos, cómo dialogamos con ellos, con las nuevas tecnologías”, concluye la referente del espacio.
A pesar del contexto actual, en el Espacio hay más actividades que se sostienen, todas gratuitas, como por ejemplo hockey social y futbol femenino; “también tenemos todos los lunes un dispositivo de salud mental para adolescentes y talleres de la escuela de artes visuales Malharro, el cual es un día de talleres para las niñeces vinculado a cine y animación, y otro día de artes visuales para adultos. Ahora pudimos armar una sala para las infancias con un proyecto de almacenes culturales. También hemos tenido plan FINES durante muchos años, el cual lo tuvimos que cerrar en el 2023 porque estábamos con obra pública”, indica la referente del Espacio.
El Espacio volvió a abrir en 2024 sin la obra pública terminada, ya con Milei en el poder. Ana Pecoraro comenta la inquietud de los y las trabajadores cuando retomaron las visitas con secundarios: “a pesar de nuestro temor, no sucedió nada respecto a los discursos negacionistas. Sí es cierto que ha costado que los adolescentes se conecten porque están con el celular permanentemente, pero lo que sucede en el Espacio es que los pibes están en ronda, no tienen el celular consigo, y si bien no todos preguntan ni todos están atentos hay una buena predisposición. Siempre se emocionan cuando conocen el Sitio. Y es cierto que hay preguntas en relación a lo que escuchan o ven en redes sociales: si eran 30.000 o no, o acerca de la lucha armada, pero sentimos que esas preguntas nacen desde una inquietud genuina y no desde la provocación”.
La relación entre la CPM y el Espacio de Memoria el Faro data de 2016. En este tiempo se realización capacitaciones docentes, conversatorios, encuentros y ahora, con el nuevo convenio de cooperación, se abren otras posibilidades. La presidenta de la asociación civil Sandra García remarca que las expectativas de continuar el trabajo junto a la CPM siguen en pie: “para nosotros funciona como un ancla muy fuerte porque continuamos con otros proyectos de importancia, sobre todo para incorporar a las escuelas primarias y jardín, las cuales habitualmente son la parte más floja de los sitios de memoria, por lo tanto estamos trabajando en un proyecto de extensión con la Universidad Nacional de Mar del Plata (UNMDP) para darle forma a esto”. Al Espacio de Memoria se acercaron alumnos de las prácticas socio comunitarias de la Licenciatura en Educación y de Sociología de la UNMDP.
“En principio es un convenio para las visitas pedagógicas, pero siempre estamos en conversaciones con la CPM, ya que nos preocupa mucho el área de investigación que, por el despido de la compañera que se encargaba de eso, quedó absolutamente paralizado. Lo mismo ocurre con el área de acceso a derechos, que es donde más funciona el Colectivo Faro de la Memoria porque todos los proyectos que teníamos en ese sentido están siempre al borde del abismo”, agrega la presidenta de la asociación civil. Sandra García es sobrina de militantes del Partido Comunista Marxista Leninista Su tía paterna Susana García de Compañy y su tío Ricardo Compañy fueron secuestrados el 25/2/1978 en la calle Bolivia 470, en el barrio de Flores, en la Ciudad de Buenos Aires, ambos trabajaban en prensa del PCML. Ricardo estuvo cautivo en el Faro de Mar del Plata y Susana en Dolores. En 1979 fueron liberados.
En el caso de Ana Pecoraro, su papá, Enrique “Quique” Pecoraro, era militante de Montoneros. Fue asesinado por el Batallón de Inteligencia 601 en el barrio de Liniers el 13 de noviembre de 1979, su cuerpo fue llevado a la morgue del Hospital Militar y el 17 de marzo de 1980 fue enterrado como NN en el cementerio de Chacarita. La mamá de Ana, Alicia Ruszkowski, fue secuestrada en Mar del Plata días después del asesinato de su compañero; primero fue trasladada a una casa que no logró identificar y más tarde a la ESMA. Alicia logró sobrevivir y siempre ha dado testimonio en todos los juicios de lesa humanidad en los que se la convocó. Alicia falleció en octubre de 2025.
La transmisión de la memoria debe llevarse adelante socialmente, de manera transgeneracional. “Creo que si no tenemos un acompañamiento con el aula en las escuelas, nuestra tarea queda diluida. El problema es que los contenidos de historia fueron quitados de la currícula. Pero, por otro lado, la mejor manera de interpelar a los jóvenes es desde sus demandas del presente y que logren vincularlas con el pasado. Ese es el desafío de la memoria: que puedan linkear y pensar desde el hoy qué cosas les hace ruido y qué cosas les parece que están mal, qué cosas no hay que naturalizar. Tal vez una de las victorias de la dictadura haya sido que los pibes, en general, no se junten, no se organicen colectivamente”, concluye Pecoraro.

















