SEXTA JORNADA DEL JUICIO POR LA MASACRE DE MONTE Uno de los policías imputados admitió haber disparado sabiendo que ni su integridad ni la de otra persona estaba en riesgo
Este lunes 15 de mayo se realizó la última jornada de producción de prueba en el debate oral y público que, con modalidad de juicio por jurados, lleva adelante el TOC 4 de La Plata en torno a la Masacre de Monte producida después de la medianoche del 20 de mayo de 2019. Luego de los últimos tres testimonios -el perito inspector del cuerpo de investigadores judiciales de la Suprema Corte, José Luis Sánchez, que analizó los teléfonos celulares de los imputados y las víctimas; una médica pediatra que atendió a Rocío, la sobreviviente, durante su internación en terapia intensiva en el Hospital El Cruce; y el perito criminalístico Lucas Basanta-, los imputados pidieron hacer uso de la palabra y dos de ellos llegaron a declarar antes de que la audiencia pasara a un cuarto intermedio hasta mañana. Monreal admitió haber disparado hacia el auto sabiendo que, en ese momento, ni su integridad ni la de ninguna otra persona estaba en riesgo.
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(Agencia) El policía Mariano Ibañez es uno de los cuatro imputados -en grado de coautoría- por los delitos de homicidio agravado por abuso de función como miembros de las fuerzas policiales calificado por el empleo de armas de fuego -consumado en cuatro víctimas y en grado de tentativa sobre una quinta- y violación de los deberes del funcionario público.
La noche de la brutal persecución con disparos contra el Fiat 147 en el que iban las víctimas, Ibañez conducía el segundo patrullero implicado en el operativo y Manuel Monreal iba a su lado. En una esquina por la que pasaría el auto de los jóvenes, Ibañez y Monreal improvisaron un cerrojo: el primero atravesó el patrullero en la calle y el segundo se bajó con el arma desenfundada para ordenar al vehículo que detuviera la marcha.
Esta secuencia fue relatada casi de manera idéntica por los imputados mencionados, que solicitaron a la jueza Carolina Crispiani -directora del presente juicio por jurados- la posibilidad de declarar antes del cierre del debate. En su condición de acusados fueron relevados del juramento de verdad, aunque se les advirtió que lo que terminaran declarando sería incorporado como prueba del proceso.
“Lo único que yo hice fue el cerrojo y hace cuatro años que estoy preso pero nunca un organismo de derechos humanos fue a verme a la cárcel”, se victimizó Ibañez, quien no recuerda haber visto bajar a su compañero Monreal con el arma desenfundada, a pesar de que este se paró junto al patrullero. Acerca de “dos, tres o cuatro explosiones” que llegó a escuchar en ese momento, las asoció a “cortes producidos por el motor del Fiat 147”, y no a disparos realizados por su compañero.
Minutos después Ibañez también afirmó que un policía puede hacer uso de su arma reglamentaria “en determinadas circunstancias”, como las que -ejemplificó sin desarrollar- tuvo que atravesar su compañero Monreal.
Éste último, a su turno, sí admitió haber utilizado el arma y haber realizado dos disparos, contrariando así la insólita interpretación de Ibañez para quien las detonaciones se debieron a “contraexplosiones o cortes del motor del Fiat”.
“Veo al 147 que se dirige hacia mí, como para embestirme. Yo estaba al lado del patrullero, a dos o tres metros. Me tiro a un costado y el auto hace una maniobra con la que termina esquivando el cerrojo”, describió Monreal y agregó: “Cuando lo veo a punto de superar al patrullero realizo dos disparos en dirección a las ruedas con el objeto de lograr así detener su marcha. No quise matar a nadie sino solo lograr que frenaran”.
También dijo que “Si acerté o no, no lo sé, pero si hubiera querido lastimar a alguien podría haberle disparado al auto de frente, en dirección al parabrisas, y no lo hice”.
El bloque acusador le preguntó si, en el momento en que realizó los disparos, corría riesgo su vida o la de sus compañeros o la de alguien más, como para justificar el uso de su arma. La respuesta fue una negativa que resonó en la sala de audiencias, porque hasta allí tanto Monreal como Ibañez habían hablado del riesgo inminente para sí o para terceros como condición necesaria.
Si el Fiat ya casi había sobrepasado el cerrojo, no había forma de que la vida de Monreal ni de cualquier otra persona corriera peligro. Por el contrario, cabe recordar que la bala que se extrajo del cuerpo de Gonzalo Domínguez, una de las víctimas de la Masacre de Monte, pertenecía al arma de Monreal.
Mañana martes será el turno de las declaraciones de los otros dos policías imputados y luego se brindaran los alegatos finales de las partes, entre ellas la Comisión Provincial por la Memoria, como particular damnificado institucional en su rol de Mecanismo Local de Prevención de la Tortura y como patrocinante de las familias de Danilo Sansone y Camila López.
Finalmente, el miércoles 17 de mayo el jurado popular dará a conocer el veredicto.
Los testimonios de la última jornada de prueba
Este lunes se brindaron las últimas tres declaraciones testimoniales. El perito criminalístico Lucas Basanta, quien estudió las balas y vainas incorporadas a la causa -entre las primeras, la que se extrajo del cuerpo de Gonzalo Domínguez-, fue contundente al negar la versión sostenida por los imputados respecto a que todos los disparos fueron realizados en dirección al piso.
Por su parte, la médica pediatra Karina Cinquegrani, del Hospital de Alta Complejidad en Red El Cruce, de Florencio Varela, relató al jurado la serie de intervenciones y tratamientos médicos que debieron realizar a la paciente Rocío Quaglirello -la única sobreviviente de la masacre- durante los 25 días que permaneció internada en terapia intensiva hasta que la joven despertó.
El último testigo fue el perito inspector del cuerpo de investigadores judiciales de la Suprema Corte, José Luis Sánchez, que analizó los teléfonos celulares de los imputados y las víctimas. Entre todas las comunicaciones de interés que el perito registró por orden del fiscal, se detallaron y expusieron ante el jurado popular varios audios enviados por el entonces subcomisario de San Miguel del Monte, Franco Micucci.
En este sentido, se lo pudo escuchar preocupado por las actuaciones iniciales realizadas por la ayudante fiscal de San Miguel del Monte y sobre las versiones y testimonios que irían apareciendo con el correr de las horas, entre otras cuestiones relativas a la causa penal que se estaba iniciando en las primeras horas del 20 de mayo de 2019.
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