TRES POLICÍAS VAN A JUICIO EL PRÓXIMO AÑO 4 años del asesinato de Alejandro Martínez en una comisaría de San Clemente: “Tengo esperanza de que se hará justicia”

La madrugada del 18 de noviembre de 2021 Alejandro Martínez, de 35 años y oriundo de Brandsen, murió en una celda de la comisaría Tercera de San Clemente del Tuyú, en el Partido de la Costa. La Policía lo había sacado de un hotel, esposado y caminando. A las pocas horas falleció dentro de un calabozo tras haber recibido una dura paliza de los uniformados. La importante suma de dinero que tenía en su poder al momento de ser detenido nunca apareció. A cuatro años del hecho, este martes se realizó la audiencia preliminar en los tribunales de Dolores, en una causa que estuvo plagada de maniobras, mentiras e incluso ataques a la víctima. Tres de los 9 policías procesados ya tienen fecha para ser juzgados en forma oral y pública, entre el 28 de septiembre y el 9 de octubre de 2026. La Comisión Provincial por la Memoria (CPM) es particular damnificado institucional en este proceso, en el que acompañó a la familia desde el principio.
ANDAR en la Justicia
(Agencia Andar) “Estos cuatro años fueron muy dolorosos y tristes porque una ve en la tele los casos de violencia institucional y cuando te toca vivirlo en carne propia es un dolor inexplicable, solo quien lo pasa y quiénes acompañan, como ustedes y la CPM, saben lo que es ser familiar de una víctima, el papá de mi hijo”, dijo a ANDAR Laura Laganá Santillán, ex pareja de Alejandro y querellante en la causa. “Fue muy duro, todavía nos queda un año más de espera, fue una lucha constante, con altibajos, de tener alguna noticia que me moviliza, que los policías piden la domiciliaria, que se la niegan, cuando me entero del juicio fue como decir ‘estamos más cerca de tener justicia’”.
Esta mujer, que vive en La Plata con su hijo de ocho años, calificó lo sucedido como “una muerte inexplicable a manos de estos 9 policías asesinos, que de un día para otro le arrebataron la vida, pero tengo toda la esperanza de que se va a hacer justicia”. Laganá destacó que hoy es el “primer día de este camino largo que nos queda, esperemos que sea un juicio transparente, que el tribunal no tema juzgar por el hecho de que sean policías, que se pongan en el lugar nuestro y de la víctima, de todo lo que pasó porque fue un hecho aberrante, lo vio todo el mundo cómo Alejandro salía del hotel y cómo lo torturaron, lo molieron a palos, fue terrible”.
Cuando Martínez fue asesinado Laura ya no estaba en pareja con él, pero mantenían un vínculo afectivo y criaban juntos a su hijo. “Alejandro era una persona súper educada, muy amable, trabajadora, le gustaba hacer asados y cocinarle a nuestro hijo. Había tenido un accidente laboral que lo dejó incapacitado de la vista y por eso ya no podía trabajar de albañil, entonces se fue a San Clemente a un emprendimiento de comidas para la temporada, tenía el dinero de la indemnización y se lo robaron”, recordó. “Fue el amor de mi vida, convivimos años y tuvimos a Juan Diego, que sigue preguntando por su papá, es muy duro, me dice ‘si papá era bueno por qué Dios se lo llevó’, y yo no tengo respuestas”, dijo Laura con la voz casi quebrada. “Solo pedimos justicia, que los policías sean condenados a prisión perpetua, porque nadie tiene el derecho de matar así a nadie, por la memoria de Alejandro y para que pueda descansar en paz”, agregó.
El año que viene se juzgará a tres de los nueve efectivos procesados. Se trata de José Pereyra, Christian Rohr y Maximiliano Munche, acusados de ser coautores del delito de en concurso ideal con abandono de persona seguido de muerte e incumplimiento de los deberes de funcionario público. Los tres están en prisión y pidieron someterse a un juicio por jurado. El resto son Laura Chiarullo, Evelyn Garófalo, Jaqueline Mansilla, Carla Cantarella, Sandro Mujica y Miguel Boulos, quienes deben ser juzgados como “partícipes secundarios” del crimen. El proceso de enjuiciamiento estará a cargo del Tribunal en lo Criminal 2 de Dolores.
De acuerdo a la investigación judicial, entre las 00:17 y 1:50 horas de la noche de la aprehensión, al menos los tres agentes policiales, Rohr, Munche y Pereyra, “mediante una clara distribución de tareas, asumiendo un rol activo, e incumpliendo los deberes a su cargo, con el fin de causar un grave sufrimiento en la persona de Alejandro Nicolás Martínez lo torturaron mediante el ejercicio de una extrema violencia física sobre el mismo, propinando golpes de puño, y aplastando múltiples partes del cuerpo mediante diversas maniobras durante un lapso temporal de unos aproximados 10 diez minutos, produciendo de ésta forma múltiples lesiones equimóticas y excoriativas en miembros inferiores, superiores, tórax, y región lumbar, excoriación en dorso nasal, fracturas costales derechas, infiltrado hemorrágico, aponeurosis epicraneana frontoparietal, cianosis cervicofacial y entercio superior de tórax con infiltrado petequial en piel, en pulmones y corazón, incapacitando al mismo poniéndolo así en un peligro cierto para la salud por parte de quienes debían cuidarlo, factores que finalmente culminan ocasionando la muerte. Al mismo tiempo, describe que el resto de los policías incumplieron sus deberes al no evitar la situación de tortura que acontecía otorgando una venia tácita poniendo así en desamparo y en peligro la vida del Sr. Martínez”.
La autopsia de Martínez determinó que murió por asfixia mecánica, tenía varias costillas rotas y heridas en todo el cuerpo. Su cadáver fue encontrado la madrugada del 18 de noviembre de 2021 en un calabozo de la comisaría Tercera, en San Martín entre 7 y 8, San Clemente. Había estado alojado en el Hotel Fontainebleau de esa ciudad balnearia. Tenía 300 mil pesos en una mochila, dinero que pensaba hacerle llegar a Laura. Los investigadores sospechan que el robo pudo haber sido el móvil del crimen.
De la lectura de la causa surge también con claridad los intentos de encubrimiento policial. En primer lugar, la versión que le dieron a la familia de Martínez fue que había muerto en la calle. Cuando admitieron que su deceso ocurrió en una celda, adujeron que fue por una sobredosis de drogas. Por esas horas el ex ministro de Seguridad Sergio Berni dijo en declaraciones periodísticas que Martínez era responsable de su propia muerte, y lo calificó como un “ladrón” y un “adicto” que se lastimó solo por “un brote” psiquiátrico.

















