EL SECUESTRO DEL SACERDOTE OMAR DINELLI Un trabajo de Jóvenes y Memoria se incorpora como prueba en un juicio por delitos de lesa humanidad
En 2005 un grupo de la Escuela Media 204 de Bolívar investigó el secuestro del sacerdote Omar Dinelli, ocurrido el 23 de noviembre de 1975 durante una celebración patronal. En el marco del juicio que investiga los delitos de lesa humanidad cometidos en la región de Tandil y Azul, la fiscalía pidió que se analice el caso del cura, y pidió que se incorpore un informe del centro de documentación de la UNICEN-CONICET que tiene, entre sus fuentes, ese trabajo de investigación realizado por docentes y estudiantes secundarios hace 19 años para el programa Jóvenes y Memoria.
ANDAR en Bolívar
(Agencia Andar) Omar Dinelli nació el 5 de mayo de 1942, se ordenó sacerdote en 1965 y en marzo de 1974 fue asignado a la iglesia de la localidad de Urdampilleta, partido de Bolívar. Los vecinos y vecinas de la comunidad recuerdan que desde el primer día Dinelli trabajó para acercar la actividad parroquial a los intereses y necesidades del pueblo.
Miembro activo de la corriente de Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo, con gran protagonismo en la diócesis de Azul, Dinelli desarrolló desde la parroquia proyectos comunitarios, impulsando el compromiso social y la solidaridad, construyó una biblioteca y conformó un grupo juvenil.
El 22 de noviembre de 1975, en la víspera de la fiesta patronal “Solemnidad de Jesucristo, rey del universo”, militares comenzaron a apostarse en la entrada del pueblo con la intención de detener al sacerdote, a quien acusaban de promover ideas de izquierda entre los jóvenes. En ese momento, vecinos y vecinas impidieron que lo arrestaran. Sin embargo, los militares volvieron un día después y Dinelli fue secuestrado a pesar de la resistencia del pueblo. El sacerdote estuvo detenido en una comisaría de Olavarría y en las cárceles de Sierra Chica, Devoto y Resistencia, Formosa. Dinelli fue liberado recién el 26 de junio de 1976 con la condición de que se exiliara, y partió a Francia.
En 2005 la historia del sacerdote fue contada por estudiantes y docentes de la Escuela de Educación Media 204 de Bolívar en el marco de su participación en Jóvenes y Memoria, el programa de la Comisión Provincial por la Memoria (CPM).
El trabajo tuvo en su momento una enorme repercusión en el pueblo, que durante muchos años creyó que el padre Dinelli había muerto; sin embargo, cuando jóvenes empezaron a preguntar a los vecinos y vecinas una persona de manera anónima dejó el correo electrónico de Dinelli en la radio local para que los estudiantes pudieran contactarlo. El cura seguía viviendo en Francia y fue uno de los más de 20 testimonios que recupera la investigación de la escuela bolivarense.
El secuestro del sacerdote ocurrido en 1975 se incorporó, por pedido del Ministerio Público Fiscal, entre los hechos que se juzgan en la causa por los crímenes de lesa humanidad cometidos en la región de Tandil y Azul, conocida como La Huerta por el centro clandestino de detención que funcionó en la localidad serrana.
Para ello solicitó incorporar como medida de prueba un informe técnico documental realizado por el Instituto de Estudios Histórico-sociales de la Facultad de Ciencias Humanas (UNICEN) y del IGEHCS-CONICET. Entre otras fuentes, esa presentación contiene la información producida en la investigación de Jóvenes y Memoria y también documentos del Archivo de la Dirección de Inteligencia de la Policía de la Provincia de Buenos Aires, que gestiona la CPM.
El juicio, que comenzó en febrero de 2022, tiene 109 víctimas y 24 imputados, en su mayoría ex miembros del Ejército y de fuerzas de seguridad, aunque también están acusados dos civiles: los hermanos Emilio y Julio Méndez, propietarios de la quinta utilizada como centro clandestino de detención.
Si bien el sacerdote Dinelli no quiso declarar en el juicio, el integrante del Centro de documentación UNICEN-CONICET Lucas Bilbao se presentará como testigo de contexto para dar cuenta de la información relativa al padre que se encuentra en el fondo documental.
19 años después de aquel trabajo, esa investigación de Jóvenes y Memoria se convierte en una prueba judicial para la condena de los crímenes de lesa humanidad perpetrados en nuestro país.