Cordón industrial de Zárate-Campana: el plan de ajuste y disciplinamiento laboral pone en riesgo el futuro de cientos de familias

Arde el cordón industrial de zona norte, donde se combinan despidos y control policial como postal de la crisis generada tras la asunción del gobierno libertario. Diferentes gremios vuelven a la “rotonda de los trabajadores”, ubicada en el ingreso a Zárate y bautizada así en invierno de 2017 tras un acampe, para denunciar suspensiones, precarización laboral y cierre de empresas. “La situación es cada vez peor, los compañeros están buscando trabajo, casi ninguno consiguió, ni siquiera los llaman para entrevistas, encima es fin de año, una época más difícil aún”, dice uno de los trabajadores despedidos. La policía bonaerense realizó tareas de inteligencia ilegal sobre los manifestantes, las que fueron denunciadas penalmente por la Comisión Provincial por la Memoria.
ANDAR en Zárate
(Agencia Andar) Jorge “Coky” Blanco tiene 37 años, trabajaba en la empresa Simpa del Parque Industrial de Campana, donde ensamblaban motos y cuatriciclos de varias marcas del grupo. El miércoles 10 de septiembre llegaron a la fábrica y el portón estaba cerrado. “Un empleado de recursos humanos estaba ahí diciendo que nadie iba a poder ingresar, que la planta estaba cerrada. La empresa decidió no volver a abrirla y dejar a todos los trabajadores en la calle, éramos 60, la mayoría con familia, yo soy padre de mellizos pequeños y estoy separado”, recordó en diálogo con ANDAR.
Según relató Blanco, los despidieron bajo el artículo 247 de la ley de contrato de trabajo porque les querían pagar la mitad de la indemnización. “Hablamos con el sindicato, la UOM, y durante un mes hicimos un acampe en la puerta de la planta para que no la desmantelaran, y el caso terminó con negociaciones en el ministerio de Trabajo hasta que conseguimos que abonen de acuerdo al 245, que es la indemnización completa por despido al 100%, y algún porcentaje más. Pero no reubicaron a nadie en la planta de Pilar, como esperábamos”, describió el trabajador.
Pocos días atrás hubo una concentración convocada por la CTA Autónoma, CTA, ATE, CNEA, Fetera, Suteba, Uocra, UPSRA, SUPA, Asociación de Jubilados Bonaerenses, La Bancaria, UOM, Uecara, Sindicato Químico y otros gremios de la región. “Volveremos a la rotonda para visibilizar las luchas de los trabajadores, la desocupación y reclamar por la soberanía energética”, afirmó Damián Strachenko, del Sindicato de Luz y Fuerza Zárate. Entre las empresas afectadas por despidos o conflictos figuran KTM, Celulosa, Cameron, Archroma, Clariant, Alpeck, Agrofina, Pampa Energía, Papelera del Plata-Softys, Bayer, Isenbeck, Quilmes, Tenaris Siderca, Toyota, el Hospital Municipal de Campana, contratistas de la construcción, comercios, CNEA, NA-SA y distintas dependencias estatales. Según los gremios, estos casos evidencian “un ajuste sistemático que golpea derechos laborales y soberanía nacional”.
En tanto, en la ciudad de Campana, trabajadores de Dálmine Siderca, acompañados por vecinos, estudiantes y organizaciones sociales, se vienen manifestando para denunciar los más de 300 despidos aplicados en los últimos meses por la empresa del grupo Techint, 200 trabajadores de planta y 100 contratistas. Se realizaron marchas por la ciudad y se instaló una radio abierta frente a la planta de la empresa que dio voz a las denuncias de los trabajadores. Mientras la compañía atribuye los despidos a una caída en la producción siderúrgica en el país, los obreros sostienen que se trata de un plan de ajuste y disciplinamiento laboral que pone en riesgo el futuro de cientos de familias de la región.
Siderca es una empresa siderúrgica líder en la región dedicada a la fabricación de tubos sin costura. Pertenece al Grupo Techint, liderado por Paolo Rocca, e históricamente ha sido uno de los principales empleadores de Campana. En los últimos meses, más de 300 trabajadores han sido despedidos de la planta. Se trata de una medida que afecta a cientos de familias de la comunidad y que desató una ola de protestas. Entre los despedidos se encuentra Guillermo Bentancourt, operario con 26 años de antigüedad y referente de la militancia gremial local, que se ha convertido en una de las voces más firmes de la resistencia obrera. Bentancourt describió a Andar que la planta de Siderca ha tenido históricamente un impacto muy significativo en la comunidad de Campana tanto como motor económico e industrial, como por su larga historia de represión a sus trabajadores y su impacto ambiental. “Desde el momento que empezamos a rebotar en los molinetes, nos empezamos relacionar con compañeros de distintos sectores, organismos de derechos humanos, organismos ambientales, colectivos sindicales, movimientos estudiantiles, y pusimos en pie un comité de solidaridad donde confluyeron muchos sectores agraviados por la empresa, como vecinos de los barrios que se inundaron por la modificación de la cuenca del Arroyo de la Cruz por parte del Grupo Techint”, dijo Bentancourt. Las inundaciones producto de intervenciones de Tenaris Siderca sobre la traza y desembocadura del Arroyo de la Cruz han afectado a alrededor de 1.200 vecinos de la ciudad, según denuncian organizaciones locales.
En este contexto de enorme conflictividad social, los sindicatos denunciaron el proyecto económico del Gobierno nacional que está llevando al “desguace del proyecto CAREM” y el “intento privatizador de los ferrocarriles y Nucleoeléctrica Argentina”, al que consideran estratégico para la producción energética y científica del país. “Su debilitamiento demuestra el sometimiento del Gobierno nacional a los intereses de EE.UU. y sus empresas armamentistas”, remarcaron. También criticaron el rumbo económico y la relación con el FMI: “Entre fugas de dólares, narcotráfico, coimas y empresas off shore, se llevan todo. Con lo nuestro pagan sus fiestas. Reclamamos reincorporación de despedidos, aumento general de salarios y jubilaciones, ruptura con el FMI, no pago de la deuda externa y expulsión de los yanquis del Paraná y Atucha”.
Esa mala costumbre de espiar
Estas movilizaciones no estuvieron exentas de represión e incluso de espionaje estatal. Durante una caravana compuesta por organizaciones obreras, políticas, estudiantiles, barriales y de derechos humanos recorrió las calles de Campana para expresar solidaridad con los 300 trabajadores despedidos de la planta metalúrgica Tenaris-Siderca, del grupo Techint.
La movilización, impulsada por el Comité, tenía la intención de que la caravana llegara a la portería de ingreso de la fábrica, para interactuar con los trabajadores durante el cambio de turno de las 21hs, pero fue impedida por un operativo policial. Así, una jornada de protesta pacífica derivó en un escenario intimidatorio: efectivos de la Policía Bonaerense, junto a efectivos vestidos de civil filmaron a los manifestantes y registraron las patentes de los autos participantes de la caravana. Este seguimiento fílmico, realizado sin orden judicial ni intervención fiscal, constituye una práctica ilegal y persecutoria que vulnera el derecho constitucional a la protesta. Integrantes del Comité denunciaron el espionaje y señalaron el carácter sistemático de estos operativos de hostigamiento. La organización recordó que en los últimos años se ha profundizado un patrón de intimidación policial hacia los sectores populares y trabajadores que se movilizan contra las medidas del gobierno.
Antes de la movilización, miembros del Comité habían advertido al Ministerio Público Fiscal sobre la protesta, solicitando criterios de prevención y resguardo. Sin embargo, lejos de garantizar la seguridad democrática, las fuerzas policiales desplegaron nuevamente un dispositivo de control y amedrentamiento.
La APDH Zárate-Campana comunico el hecho ante la Comisión Provincial por la Memoria (CPM), que interpuso la denuncia penal correspondiente para que se investiguen y sancionen estás prácticas de inteligencia ilegal.

















