El 20 de junio de 2006 comenzaba el primer juicio oral y público por delitos de lesa humanidad en el país luego de la anulación de las leyes de punto final y obediencia debida y derivado de los juicios por la verdad. El Tribunal Oral en lo Criminal Federal N° 1 de La Plata daba inicio al proceso contra Miguel Osvaldo Etchecolatz.

ANDAR en las memorias

(Agencia) El Salón Dorado del Palacio Municipal de La Plata sería el escenario donde por primera vez en la historia argentina un represor, Miguel Osvaldo Etchecolatz -ex director general de Investigaciones de la Policía de la Provincia de Buenos Aires-, recibiera una sentencia a reclusión perpetua, condenado por «delitos de lesa humanidad cometidos en el marco de un genocidio».

En el proceso se juzgó al ex policía por el homicidio calificado de Diana Esmeralda Teruggi, la privación ilegal de la libertad, aplicación de tormentos y homicidio calificado de Patricia Dell’Orto y Ambrosio De Marco, la privación ilegal de la libertad, tormentos y homicidio calificado de Nora Formiga, Elena Arce Sahores y Margarita Delgado, y la privación ilegal de la libertad y aplicación de tormentos de Julio López y Nilda Eloy.

Los jueces Carlos Alberto Rozanski, Horacio Alfredo Isaurralde y Norberto Lorenzo, escucharon entre junio y septiembre a más de un centenar de testigos, en su mayoria familiares, policías y liberados de los centros clandestinos de detención. También se realizaron inspecciones en los centros clandestinos de detención que fueron escenario de las violaciones a los derechos humanos que se investigaron.

El emblemático juicio es también recordado por la desaparición de Jorge Julio López, testigo clave, confirmando así la continuidad de prácticas represivas y de genocidas operando desde las sombras.

Sobre este telón de fondo y ante una campaña de amenazas e intimidaciones a testigos y jueces, se rodó el documental «Un claro día de justicia» que se estrenó el 18 de diciembre, al cumplirse 3 meses de la desaparición de López.

El documental

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