Andar en los juicios

(Agencia) Luego de que la defensa finalizara con sus alegatos los jueces Gustavo Garibaldi, Mónica Carreira y María del Carmen Castro dispusieron un cuarto intermedio para dar a conocer su veredicto hoy mismo por la tarde.

Los fiscales de juicio Ana Armetta y Raúl Sorraco pidieron una condena de prisión perpetua para el agente Gustavo Rey (38) acusado de los crímenes de Franco Almirón (16) y Mauricio Ramos (17).

La represión policial sucedió el 3 de febrero de 2011 en el barrio La Cárcova de la localidad de José León Suárez, tras descarrilar un tren. Dos agentes policiales están siendo juzgados en el Tribunal Oral en lo Criminal 2 de San Martín.

En los alegatos la fiscalía también solicitó 15 años de cárcel para el policía Gustavo Vega (44) por “homicidio en grado de tentativa” al joven Joaquín Romero que recibió dos disparos pero logró salvar su vida. Por su parte, la querella pidió 17 años para el agente Vega. En los alegatos expresaron que  “el caso no ameritaba el uso de armas de fuego porque así lo reconocieron los propios jefes del operativo” al declarar en la audiencia.

Gustavo Rey, acusado por los asesinatos de dos jóvenes.

La fiscal Armetta dio por acreditado que entre las 14.30 y las 17 de ese 3 de febrero de 2011, «Rey abusó de su calidad de funcionario y efectuó disparos con su escopeta 12/70, impactando en Ramos y Almirón». Además, consideró que Rey cometió un «doble homicidio agravado por su condición de policía» y reclamó para él la pena máxima. Como agravantes consideró el haber efectuado disparos con «un arma con munición letal e incontrolable donde había menores» de edad, y que no le dio ninguna posibilidad de defensa a las víctimas, que eran muy jóvenes.

Para solicitar la condena, la fiscal Armetta valoró la declaración de varios jóvenes que esa tarde estaban junto a la víctimas: uno de ellos identificó a Rey en rueda de personas como quien disparó contra Ramos y otros dos dieron su descripción (delgado, con anteojos y el pelo parado) luego de presenciar los balazos contra las víctimas.

Esos testigos coincidieron en que Rey estaba escondido detrás de los vagones cuando la gente ya había dejado de saquear el tren y no había motivos para disparar y las pericias balísticas ubicaron al tirador en el lugar señalado por los jóvenes.

Para la fiscal, tanto Rey como sus compañeros «mintieron» acerca de la ubicación que tenían en el tren para beneficiar su situación, pero dijo que esto se pudo subsanar porque por la sala pasaron todos los policías que estuvieron en el operativo y la descripción que dieron los testigos solo coincidía con la del imputado.

«Vega tenía la posibilidad de optar por otra conducta pero no lo hizo. Romero dijo que salió de entre los pastos y le tiró cuando se escapaba», recordó el fiscal Sorraco en referencia a lo declarado por el sobreviviente, que identificó al policía en fotos. «Romero no estaba haciendo nada, de hecho le dieron por la espalda», agregó.

Sorraco también mencionó la declaración de otros efectivos que culparon a Vega de tirar municiones de plomo y dijo que el propio imputado aceptó haber estado en el lugar donde lo ubica el joven que resultó lesionado.