EL HAMBRE COMO UN ARMA DE GUERRA A las puertas de Gaza, la humanidad en riesgo

El permanente ataque militar por parte de Israel y el bloqueo de la ayuda humanitaria en Gaza representan una catástrofe humanitaria, que deja a cientos de miles de ciudadanos palestinos en un estado permanente de supervivencia. El asedio israelí desafía el derecho internacional y los organismos internacionales de derechos humanos denuncian que existe un riesgo de genocidio. “Desde el Valle de Rafah, frontera entre Egipto y Palestina, el concepto de derechos humanos parece una idea lejana, olvidada”, dice Gabriel Illescas, integrante de la misión y miembro de la ONG Cooperazione Internazionale Sud Sud, con presencia en Palestina desde hace más de 30 años.
ANDAR en la frontera con Gaza
(Gabriel Illescas para Agencia Andar) La situación en la Franja de Gaza es insostenible. Desde la escalada del conflicto en octubre 2023, la zona pasó de estar bajo asedio a transformarse en un genocidio en vivo y en directo. Desde entonces, según datos de Naciones Unidas, al menos 2 millones de personas han sido desplazadas forzadamente, más de 52 mil muertos (de los cuales 15 mil son niños) y al menos 119 mil heridos. Ello sin tener en cuenta miles de personas que se encuentran aún bajo los escombros.
Rafah, antes un paso comercial, hoy está completamente cerrado. Del otro lado del muro se escuchan las bombas caer cada pocos minutos. Ni la prensa, ni los observadores internacionales, ni la ayuda humanitaria pueden entrar.
Mientras Israel continúa bombardeando la infraestructura civil, la ayuda humanitaria desde el 2023 ha sido limitada al máximo, tanto que antes del 7 de octubre de 2023 entraban al menos 500 camiones de productos (sean comerciales o humanitarios) que, si bien no alcanzaban, al menos lograban satisfacer parcialmente las necesidades de la población.
Ese bloqueo llegó a ser total: el pasado lunes 19 de mayo se cumplió 80 días donde no entró ni un alfiler, absolutamente nada, ni siquiera un pedazo de pan. Y si bien a partir de esa semana Israel autorizó la entrada de algunos camiones, el propio secretario de la ONU, Antonio Guterres, afirmó que ello es una «cucharadita de ayuda» cuando «se necesita una avalancha de asistencia».
A las puertas de la frontera, el personal de la Media Luna Roja egipcia declara que tienen a pocos kilómetros depósitos repletos: 80.000 metros cuadrados de ayuda humanitaria que llega directamente desde el exterior. A ello se le suman los depósitos que a lo largo del país se encuentran con ayuda humanitaria comprada directamente en el mercado egipcio.
Una delegación de parlamentarios, europarlamentarios, ONGs y periodistas italianos que se encontraban en la frontera la semana pasada han podido comprobar nuevamente que, a solo 20 minutos de la puerta a Gaza, el personal humanitario esta preparado para llevar ayuda de forma efectiva y digna a los palestinos desde hace meses, y sin embargo no tienen permitido entrar. Mientras, la fecha de vencimiento de los medicamentos y alimentos sigue corriendo.
Es importante destacar que esto se da en un marco en el cual el 80% de la infraestructura civil ha sido destruida. Ello, en conjunto con el bloqueo humanitario, ha puesto en peligro de malnutrición aguda al 100% de la población.
Sumado a ello, ya no quedan prácticamente hospitales en funcionamiento. En los últimos días se ha difundido en directo tanto el ataque a los hospitales, que aún estaban parcialmente funcionando, como la agresión directa y deliberada contra personal humanitario que se encontraba debidamente identificado.
La población no tiene acceso a vivienda, comida, agua, medicamentos, en definitiva, no tiene acceso a los mínimos requisitos para garantizar su supervivencia. Desde hace más de un año nos encontramos de frente a una catástrofe humanitaria que, de acuerdo con las propias declaraciones de ministros israelitas, está destinada a una limpieza étnica y exterminio de palestinos de la Franja de Gaza. Desde octubre 2023, tal y como se ha denunciado ante la Corte Internacional de Justicia y la Corte Penal Internacional, las principales figuras del gobierno del Estado de Israel han declarado la intención de usar el hambre como arma de guerra, bloqueando la ayuda humanitaria y destruyendo la infraestructura civil.
Ante esta situación, países de Europa y América ya han denunciado el genocidio en curso, mientras otros continúan brindando el apoyo a través del envío de armas, tratados comerciales y colaboración diplomática.
No está de más recordar que la Convención contra el Genocidio obliga a los Estados a no colaborar con Estados cuyos actos se enmarquen en las acciones prohibidas por dicho tratado.
Las instituciones internacionales ya se han expresado suficiente como para que los Estados puedan alegar que desconocen la situación: la Corte Internacional de Justicia en el caso de Sudáfrica contra Israel ya ha expresado que existe un riesgo plausible de genocidio; a su vez ha emitido una opinión consultiva que se ha traducido en una resolución de la Asamblea General de Naciones Unidas que le ha dado 12 meses a Israel para finalizar la ocupación ilegal de los territorios palestinos. A ello se le suman los mandatos de arrestos emitidos por la Corte Internacional Penal y los diversos comunicados de relatores especiales y funcionarios de Naciones Unidas.
En la frontera, Youssef Hamdouna oriundo de Gaza nos recuerda que no es un problema sólo de Gaza o Palestina, sino de toda la humanidad. No podemos mirar para otro lado, si es que queremos seguir siendo humanos.